Con un toque dulce que te va a sorprender. Crujientes por fuera, melosas por dentro… ¡y 100% adictivas!
Ingredientes:
- 1/2 cebolla
- 60 g de aceite de oliva virgen extra
- 4 ajos tiernos
- 100 g de harina
- 650 ml de leche (vegetal para versión vegana)
- 200 g de espinacas frescas o congeladas
- Un puñado de pasas
- 1 huevo (o mezcla de 1 cda de harina de garbanzo + 2 cdas de leche vegetal)
- Pan rallado
- Aceite para freír
Paso a paso:
- Sofríe la base: En una sartén, calienta el aceite y pocha la cebolla picada muy fina junto con los ajos tiernos en rodajas. Cocina a fuego medio hasta que esté todo bien blandito.
- Añade las espinacas: Incorpora las espinacas (si son congeladas, descongélalas primero y escurre bien el agua). Saltea unos minutos hasta que pierdan volumen y estén tiernas.
- Incorpora las pasas: Añade las pasas y mezcla bien para que se hidraten y suelten su dulzor.
- Haz la bechamel: Añade la harina y remueve durante 1-2 minutos para tostarla un poco. Ve añadiendo la leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta obtener una masa espesa y sin grumos. Cocina unos 8-10 minutos removiendo constantemente. Salpimienta al gusto.
- Deja enfriar: Vierte la masa en una bandeja, cubre con film a piel y deja enfriar completamente en la nevera al menos 4 horas (mejor de un día para otro).
- Forma y reboza: Da forma a las croquetas. Pásalas por huevo batido o la mezcla vegana y luego por pan
rallado.
- Fríe y disfruta: Fríelas en abundante aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Escurre sobre papel absorbente.
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